El bullying es un problema que siempre ha existido no solo en México, sino en todo el mundo, que recientemente ha recibido un nuevo nombre y se ha puesto atención, ya que aparentemente sus efectos se han hecho más notorios, y nos hemos percatado de que sus efectos pueden durar toda la vida.
El llamado “acoso escolar” en español se traduce como la agresión que sufre un estudiante de otros estudiantes, que puede ser física, psicológica, o bien, una combinación de ambas, que con las nuevas tecnologías de la información ha encontrado un nuevo medio de atacar a sus víctimas. Esto es solo un reflejo de que las sociedades se van acoplando a los avances de ésta misma, no que los agresores se vuelvan más malignos o poderosos.
Realmente el bullying es un comportamiento que se ha dado en todos lado y en todos momentos, ya sea porque ciertas partes de un grupo quieren aparentar ser más fuertes o capaces que las demás partes, o para enfrentar y/o esconder sus propios problemas y debilidades. Esto realmente no es un fenómeno aislado para estudiantes o personas jóvenes; el llamado “bullying” se da en todos los sectores de la sociedad, edades, géneros, nacionalidades; etcétera.
Un ejemplo muy claro que se ha presentado a lo largo de toda la historia: la religión. Imaginemos por ejemplo a los judíos y musulmanes. Se odian y atacan unos a otros, se discriminan y menosprecian, ya que sus creencias son diferentes (relacionémoslo con fuerzas y debilidades de las personas) y atacan a los sectores más débiles de el otro grupo (bullying).
Aunque el bullying si es un problema, es realmente difícil erradicarlo, ya que es una práctica “natural” en las personas, que si no es correcta, forma parte de los roles de todo grupo humano, ya que no solo en los humanos, sino que en casi todas las especies animales hay ejemplares dominantes y recesivos, ya que así se pueden diferenciar los seres más fuertes de los más débiles.
Aunque en el bullying no se aplique el mismo principio, ya que nosotros no tenemos la necesidad de sobrevivir o mostrar el ser el más apto de ese modo, si se demuestran las habilidades físicas e intelectuales de los individuos, pero eso no se debería hacer en repetidas ocasiones con el mismo sujeto, ya que pierde el sentido de demostrar la superioridad, sino que solamente se convierte en un acto de acoso, con la única intención de lesionar física o emocionalmente al otro individuo.
Esto no tiene ningún uso útil, y lo peor en el asunto es que los demás conformantes del grupo suelen seguir al acosador, en vez de ver el problema desde el punto de vista del acosado, y ven como “divertido” molestar al débil, diferente, inteligente, gordo, delgado, pequeño, o cualquiera sea su diferencia con los dominantes del grupo.
Esto es lo que realmente es el bullying, el fastidio continuo y progresivo de una persona o grupo de personas contra otra. Realmente no se puede detener de un solo movimiento, sino que cada caso se debe tratar; no de una manera agresiva o represiva (aunque convertir a un abusador en abusado pudiera ser una solución muy efectiva), sino que se debe tratar de una manera en la que tanto agresor como agredido entiendan el porqué del asunto, se pueda detectar la causa del agresor (la debilidad que quiere cubrir con el acoso); así como entender el porqué el agredido no hizo nada para detener el abuso cuando era pronto.
El bullying siempre existirá por la simple conducta humana, sin embargo, no significa que debamos rendirnos y dejar que todo esto ocurra, sino que se deben descubrir las debilidades de todos los niños, hacer que las fortalezcan, y así procurar la disminución del acoso escolar, ya que los niños no tendrán áreas débiles a las cuales cualquier agresor podrá hacer uso.