Bueno amigos, ésta es mi más nueva entrega, es un cuento corto, espero les guste.
Mientras van apareciendo ideas en mi mente, tu
fragancia envuelve todo a mi alrededor, aún sin abrir mis ojos siento tu
respiración, mi brazo te toma por la cintura y tu espalda está contra mi pecho.
Rayos de sol se cuelan entre las cortinas. Me incorporo, sentado sobre la cama
te doy un último beso en la mejilla y me pongo de pie. No he podido completar
un paso cuando siento tu mano apresando la mía.
-Cinco minutos más... -Me dices, tu voz parece un
susurro, me recuesto y despierto.
Sólo, en el piso, los rayos de sol me encandilan,
el desorden que dejé anoche sigue igual, todo está igual, no estás para
compartir el alba. Me levanto del suelo y camino a la cocina, aún queda media
botella de vino sobre la mesa.
Un trago y las pastillas bajan por mi garganta. Aún
recuerdo la última vez que nos duchamos juntos, ahora sólo me queda el agua
helada. Desde que te fuiste no he usado corbata, extraño el romanticismo de
dejar que me la pusieras... Pero extraño más cuando me la quitabas. Quizá hoy
sea un buen día para buscarte, enfrentar mis demonios, cazar tu espíritu y
juntarlo al mío… Quizá es buen día para morir.