lunes, 1 de octubre de 2012

Chiste semanal

Estaba un loro en una tienda de animales que no lograba encontrar dueño por ser muy mal hablado. 
Un día un señor se lo lleva a casa, dispuesto a hacer de él un loro dulce y educado. 
Cuando llega a casa comprueba estupefacto que todas las palabras feas del diccionario son usadas por el ave con total destreza y soltura. 
Un día, harto de sus malos modos, decide darle un castigo ejemplar y lo mete en el congelador. 
Cuando se ve en tal situación el loro comienza a dar vueltas por el congelador, grita, dice palabrotas y al cabo de un rato comienza a llorar desconsolado. 
Su dueño, al oírlo llorar lo saca del congelador y cuando lo hace el loro promete portarse bien. 
Entonces cuando ya está a salvo en su jaula, pregunta: 
¿Y se puede saber que hizo el pollo que está ahí dentro?

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