viernes, 5 de octubre de 2012

Despertando.


Bueno amigos, ésta es mi más nueva entrega, es un cuento corto, espero les guste.

Mientras van apareciendo ideas en mi mente, tu fragancia envuelve todo a mi alrededor, aún sin abrir mis ojos siento tu respiración, mi brazo te toma por la cintura y tu espalda está contra mi pecho. Rayos de sol se cuelan entre las cortinas. Me incorporo, sentado sobre la cama te doy un último beso en la mejilla y me pongo de pie. No he podido completar un paso cuando siento tu mano apresando la mía.
-Cinco minutos más... -Me dices, tu voz parece un susurro, me recuesto y despierto.
Sólo, en el piso, los rayos de sol me encandilan, el desorden que dejé anoche sigue igual, todo está igual, no estás para compartir el alba. Me levanto del suelo y camino a la cocina, aún queda media botella de vino sobre la mesa.
Un trago y las pastillas bajan por mi garganta. Aún recuerdo la última vez que nos duchamos juntos, ahora sólo me queda el agua helada. Desde que te fuiste no he usado corbata, extraño el romanticismo de dejar que me la pusieras... Pero extraño más cuando me la quitabas. Quizá hoy sea un buen día para buscarte, enfrentar mis demonios, cazar tu espíritu y juntarlo al mío… Quizá es buen día para morir.

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