jueves, 29 de mayo de 2014

El arte del ligue explicado con jamones.

Hace poco tiempo, conversaba con alguien del acto de seducción o "ligue". Algo que recalcó enérgicamente es que en ocasiones, una de las personas se basa en otorgar múltiples favores, servicios y atenciones a la otra persona, para lograr la conquista. Hizo una comparación con el jamón, mencionada en cierta comedia estadounidense. Se hace esa comparación, porque a la otra persona no le atrae el jamón como un objeto, sino que lo que le gusta es lo que le da el jamón.

Después de reflexionarlo, caí en cuenta de que todo se pude comparar con la búsqueda de cualquier artículo de consumo. Pero, como la comparación que me hicieron fue con jamones, decidí seguir con la idea. Todo se puede resumir en un departamento de salchichonería de la tienda de su predilección. Siempre hay en exhibición distintos tipos de jamones, con todas sus características. 

Cualquier persona puede pasar en algún momento por la vitrina de los jamones, y uno podría llamarle la atención desde el comienzo, y puede que se decida a probarlo sin tener ningún conocimiento acerca de él. Bien sabemos que hay marcas más comerciales, a las que la mayoría de las personas les genera confianza, o simplemente las creen superiores por la publicidad que se les hace. Éstos serían los estereotipos de belleza que la sociedad nos impone.

Sin embargo, hay otros jamones no tan conocidos que tienen que buscar la manera de darse a conocer. A veces, la persona que despacha te sugerirá cierta marca, aunque no sea la más conocida o barata; y en esta analogía, serían los amigos de la persona quienes jugarían el papel de despachadores. Si esto no fuera suficiente, la compañía buscaría mejorar la calidad del producto, o bajarle el precio; con el fin de que mas personas lo conozcan y lo consuman.

Toda esta búsqueda de cualidades sería el ligue. Si la persona prefiere tales o cuales propiedades en un jamón, es posible hacerlas, o al menos aparentarlas; con el fin de hacerle creer a la persona que es la mejor opción de compra. Cuando esto sucede, y los resultados son benéficos, la persona queda satisfecha, y con un gran grado de certeza, continuará consumiendo ese jamón, mientras siga obteniendo las características que le hicieron tomar esa decisión, pero, caso contrario, dejará de consumirlo, y buscará otro que si satisfaga sus deseos.

El punto entonces sería darle una buena estrategia de marketing a tu jamón, dependiendo del tipo de personas a las que quisieras vender tu producto, o bien, irte adaptando a cada situación, arriesgándote a no cumplir con las expectativas del consumidor, o hacer falsa publicidad.