Dos limones van caminando por la calle, y se paran en un cruce. Uno de ellos atraviesa la calle, y un coche lo atropella. Poco después, pasa un plátano, y ve al limón llorando; le pregunta:
-¿Qué te pasó amigo?
-Es que me cayó jugo de limón en los ojos.
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